En la fría mañana del 22 de diciembre de 2012 una pareja de amigos, mi novia y yo nos adentramos en uno de los senderos menos conocidos del Parque Natural Sierra de Hornachuelos.
El sendero se compone de 4 km. de dificultad media-baja rodeando la linde del embalse del río Bembezar, nuestro destino era llegar al Seminario Santa María de los Ángeles.
Este seminario no está libre de misterios y leyendas, por lo que nuestro destino era mayormente para buscar lo "desconocido"; sin dejar de lado el aspecto mas natural del propio sendero.
Primeros pasos del sendero
Vista del embalse al alcanzar el 1km
Tras las lluvias otoñales, y con la aparición de la humedad típica del invierno, se pueden empezar a contemplar los primeros hongos en forma de seta. Algunos de ellos son especies sin catalogar.
Poco antes de llegar el kilómetro 3, hicimos nuestra primera parada para poder contemplar la primera esencia del seminario, impactados por su grandeza decidimos continuar el camino aún con mas ganas por ver lo que allí nos esperaba.
La Fuente de los Tres Deseos; marcaba una parada obligatoria, ya que, era el final del sendero y ademas era un lugar de descanso ya que quedaban unos 300 metros de subida.
La fuente contiene 3 caños de los cuales emana agua subterránea del interior de la montaña, cada uno de ellos representa un deseo ( amor, salud, y suerte). Según la leyenda quién beba de uno de ellos se le concederá el deseo que a elegido al beber de ese caño.
Ultimo descanso antes de entrar al seminario. En este punto se entremezclan diferentes sentimientos, ya que estás a punto de entrar al edificio, esta cruz además no esta exenta de misterio, siendo un lugar con unas vistas privilegiadas.
Como un suspiro suspendido en el tiempo, encontramos el seminario; precedido por una enorme cruz de bronce se situaba un enorme edificio que en su momento fue utilizado como seminario, y residencia privada. No obstante y a pesar de ser un edificio abandonado y deteriorado, la sensación que se percibe allí es de que todo sigue igual, un enclave aislado del mundo.
Vistas desde una de las cuantiosas ventanas.
Atrapado por la naturaleza este edificio no deja de trasmitir sentimientos y la sensación de no estar solo, a pesar de estar a varios kilómetros de la civilización.
Después de 8 km. y de acabar cansado, llegamos a la conclusión de que repetiremos sin duda pronto el sendero.
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